Fa gairebé un any, vaig enllaçar un article de Rodríguez Ibarra en que li clavava canya a la SGAE i al cànon digital. En aquell moment vaig dir que estava parcialment d’acord amb l’opinió expressada per l’ex-president de la Junta d’Extremadura en l’article.
Ara, un any després, Rodríguez Ibarra n’ha escrit un altre (que he trobat gràcies al tweet de Miquel Simó) del que només puc dir una cosa: el subscric al 100%.
Un paràgraf de l’article:
Los creadores se enfrentan al mismo problema al que se enfrentaron otros gremios cuando las circunstancias y las tecnologías cambiaron. ¿Cómo se protege el derecho del dueño de un bar en un pueblo cuando la carretera deja de pasar por el interior de esa localidad? ¿Y el derecho del fabricante de máquinas de escribir cuando aparece el ordenador? ¿Y el del vendedor callejero de leche de vaca recién ordeñada? ¿Y el del conductor de diligencias cuando apareció el tren? La respuesta puede ser cualquiera menos la de alterar las bases por las que se creó Internet. La Red está basada en la libre circulación de la información que genera una sociedad que funciona a través del intercambio libre de esa información. Si esa información atenta contra la legalidad, ya se encargarán los Tribunales de Justicia de dictaminar la sentencia pertinente. Hasta el momento no ha habido un solo juez que haya dictaminado como ilegal una descarga. La única solución que resta es buscar nuevas fórmulas de adaptación a la nueva sociedad sin tratar de impedir el desarrollo tecnológico y el progreso, cosa que nunca nadie pudo hacer a lo largo de la historia.
Atenció a la resposta que donen Pau Donés i Jose Luís Cuerda a l'article d'Ibarra:
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Propiedad/intelectual/elpepiopi/20110117elpepiopi_8/Tes
Pa cagar-se i no torcar-se!